martes, 11 de febrero de 2014

Aniversario de la proclamación de la I República Española

Han transcurrido 141 años desde que se proclamó en 1873 por vez primera la República en España. Esta experiencia tan sólo duró once meses;  la percepción que de ese periodo nos han trasladado los medios dominantes sobre esta etapa de nuestra historia es que fue un rotundo fracaso en medio de un estado caótico en permanente desgobierno.
Esta imagen ni es justa ni responde del todo a la verdad. La I Republica nació en un momento convulso de la historia de España y se vio inmersa en tres guerras simultáneas a las que tuvo hacer frente: el conflicto colonial en Cuba, un nuevo alzamiento carlista y las revueltas cantonales.  Todo ello marcó su existencia, al estar la gobernabilidad del país en una inestabilidad casi permanente.
A pesar de las adversidades, con la proclamación de la República se pusieron en práctica medidas como la transformación de la propiedad agraria, la reducción de la jornada laboral, aumentos salariales, higiene en el trabajo, enseñanza obligatoria o prohibición del trabajo infantil y jurados mixtos.
Las nuevas Cortes elaboraron un texto constitucional que no llegó a ser aprobado, pero su interés está en que España se convertiría en un Estado Federal, y se establecía la separación entre Iglesia y Estado.
Los resultados fueron un clima de apertura intelectual, desarrollo de la prensa, la proliferación de actos culturales, la libertad religiosa, la aspiración a una sociedad más justa, el interés por la educación popular tan abandonada.
Todo esto permitió el desarrollo del republicanismo español, como fuerza política y social. Se produjo un importante desarrollo del movimiento obrero debido a la libertad de asociación y a la instalación de la Asociación Internacional de Trabajadores.
Pero como casi siempre sucede en este país cuando se impulsan avances sociales, las fuerzas del viejo régimen, aquellas que siguen estancadas en el inmovilismo, las que entienden que la patria empieza y acaba en sus intereses privados y exclusivos, acabaron con un régimen incipiente que traía aire fresco y renovador.
Al igual que los republicanos de entonces, nosotros, los republicanos de Alternativa Republicana seguimos reivindicando, en pleno siglo XXI, 141 años después, un estado laico, una enseñanza pública de calidad, una sanidad universal, y la defensa y extensión de los derechos sociales, laborales y sindicales arrebatados por el neoliberalismo con la eficaz colaboración de los gobiernos de la monarquía postfranquista.
Reclamamos también un verdadero estado de derecho en el que las libertades públicas puedan ser ejercidas sin cortapisas ni represiones policiales violentas cuando desde la ciudadanía se protesta legítimamente frente a decisiones gubernamentales.
Un Gobierno de la Republica habrá de rendir cuenta de su gestión a los ciudadanos de una forma clara y transparente, porque de ellos recibe su legitimidad en una verdadera democracia.
Desgraciadamente, recordar la I República no constituye hoy solamente un ejercicio de nostalgia histórica puesto que muchos anhelos de los republicanos en 1873 tienen hoy plena vigencia. En 2014, desde Alternativa Republicana también rechazamos ser súbditos porque somos ciudadanos.


¡Viva la República!

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