sábado, 9 de noviembre de 2013

El Arzobispado de Granada edita un libro que enseña a la mujer a ser sumisa

¡¡¡BOCHORNOSO!!!


La editorial Nuevo Inicio, una iniciativa directa del Arzobispado de Granada, ha editado un libro titulado 'Cásate y sé sumisa', de la autora italiana Costanza Miriano, en el que por 16 euros se enseña la "obediencia leal y generosa, la sumisión". Esta editorial, presidida por el arzobispo de Granada, Javier Martínez, ha editado el libro como "parte de su responsabilidad en relación con la dignidad cultural de la fe", según detalla en su página web.

La vida a trevés de los ojos de la mujer

La autora, periodista, casada, madre de una familia numerosa y "sumisa", se cuestiona qué viene después del beso final de los cuentos y películas y recalca, según la editorial, que "ahora es el momento de aprender la obediencia leal y generosa, la sumisión". Con esta publicación se inaugura una colección sobre la vida experimentada a través de los ojos de la mujer y desde la fe cristiana, detalla el Arzobispado de Granada.
Según adelantan algunos medios regionales, Costanza entregó la publicación al Papa Francisco. El libro de la autora italiana ha sido ya líder de ventas en Italia y se inspira en la frase "esposas, estad sujetas a vuestros maridos", de San Pablo a los Efesios.

Fuente: EFE

1 comentario:

  1. Nihil novum sub sole.
    Recordemos algunas frases de Fray Luis de León ("La perefecta casada")
    "Lo que aquí decimos mujer de valor, y pudiéramos decir mujer varonil, como Sócrates, cerca de Jenofón, llama a las casadas perfectas; así que esto que decimos varonil o valor, en el original es una palabra de grande significación y fuerza, y tal que apenas con muchas muestras se alcanza todo lo que significa. Quiere decir virtud de ánimo y fortaleza de corazón; industria y riquezas y poder y aventajamiento, y, finalmente, un ser perfecto y cabal en aquellas cosas a quien esta palabra se aplica; y todo esto atesora en sí la que es buena mujer, y no lo es si no lo atesora.
    Y para que entendamos que esto es verdad, la nombró el Espíritu
    Santo con este nombre, que encierra en sí tanta variedad de tesoro. Porque, como la mujer sea de su natural flaca y deleznable más que ningún otro animal, y de su costumbre e ingenio
    una cosa quebradiza y melindrosa; y como la vida casada sea vida sujeta a muchos peligros, y donde se ofrecen cada día trabajos y dificultades muy grandes, y vida ocasionada a continuos
    desabrimientos y enojos, y como dice San Pablo, vida adonde anda el ánima y el corazón dividido y como en ajenado de sí, acudiendo ahora a los hijos, ahora al marido, ahora a la familia y hacienda; para que tanta flaqueza salga con victoria de contienda tan dificultosa y tan larga, menester es que la que ha de ser buena casada esté cercada de un tan noble escuadrón de virtudes como son las virtudes que habemos dicho, y las que en sí abraza la propiedad de aquel nombre. Porque lo que es harto para un hombre salga bien con el negocio que emprende, no es bastante para que
    una mujer responda como debe a su oficio; y cuanto el sujeto es más flaco, tanto para arribar con una carga pesada tiene necesidad de mayor ayuda y favor. Y como cuando en una materia dura
    y que no se rinde al hierro ni al arte, vemos una figura perfectamente esculpida, decimos y conocemos que era perfecto y extremado en su oficio el artífice que la hizo, y que con la
    ventaja de su artificio venció la dureza no domable del sujeto duro, así y por la misma manera, el mostrarse una mujer la que debe entre tantas ocasiones y dificultades de vida, siendo de suyo tan flaca, es clara señal de un caudal de rarísima y casi heroica virtud. Y es argumento evidente que cuanto en la naturaleza es más flaca, tanto en el valor del ánimo y en su virtud es mayor y más aventajada.
    ¡No aprenden!

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