sábado, 16 de noviembre de 2013

Balance 2011-2013: Opacidad a prueba de luz y taquígrafos


La transparencia aparecía en el programa electoral de Juan Ignacio Zoido en letras capitulares. El alcalde llegó a afirmar que iba a gobernar la ciudad “con luz y taquígrafos”. Dos años después de su toma de posesión, la opacidad continúa instalada en la Plaza Nueva.

El regidor incluyó un jugoso párrafo sobre su idea de transparencia para esta legislatura:
(…) Vamos a incorporar medidas que garanticen: abrir los órganos de decisión municipales a una mayor participación política, facilitando el debate y el contraste de ideas, el control del gobierno por la oposición y el acceso a la información de todos los capitulares, así como, la apertura de la información al ciudadano y realización de verdaderos procesos de participación en la toma de decisiones municipales.
Todos estos compromisos han quedado manifiestamente incumplidos. Las iniciativas de Zoido para fiscalizar la gestión del gobierno y las cuentas municipales, como la creación de la Oficina de Control Presupuestario, son inexistentes. El primer edil garantizó absoluta transparencia en el gasto, pero la realidad es que los presupuestos municipales son una oda al oscurantismo.

Las cuentas del Ayuntamiento de Sevilla siguen siendo opacas de principio a fin. Las partidas no se explican, y en no pocas ocasiones hay que hacer malabares para descifrar a qué van dirigidas. Es significativo el alto número de cantidades asignadas a conceptos tan imprecisos como “gastos diversos” (122), “otras transferencias” (40), “otros trabajos realizados por otras empresas y profesionales” (90) o “subvenciones de libre concurrencia” (29). A otras calificadas como “proyectos complejos” aparecen ligadas cuantiosos presupuestos.

El programa del primer edil recoge el compromiso de establecer “una gestión más austera, accesible y transparente”. No hay datos disponibles sobre distintos organismos del Ayuntamiento, como la Gerencia de Urbanismo o las empresas y servicios municipales, en estos dos años de gobierno, más allá de lo estipulado en los presupuestos, donde no se profundiza en las partidas.

Encontrar un documento en la web municipal es una odisea. No hay un orden en la disposición de los contenidos y el buscador no permite clasificar por fecha o cualquier otro criterio los resultados de la búsqueda. Además, es frecuente que la página esté caída o que tarde una eternidad en cargarse. Y para colmo, la mayoría de los archivos están disponibles en formatos cerrados e inaccesibles.

Lo que sí está bien visible en el portal municipal es un anuncio del balance personal que Zoido hace de sus dos años de gobierno, algo que no tiene nada que ver con la gestión municipal o la información de servicio público sino con la propaganda partidista y el autobombo. Ésta es la idea de transparencia del alcalde de Sevilla.

Tampoco hay posibilidad de que un ciudadano o periodista pida cuentas a jefes de servicios, gerentes o cualquier otro funcionario municipal, pagados con dinero de los contribuyentes y cuya razón de ser es el servicio público. Toda consulta queda derivada al gabinete de comunicación de Laredo, donde la respuesta sistemática es negar la mayor ante cualquier información que perjudique a la corporación. Los asesores del alcalde incluso han llegado a responder ante solicitudes de información por parte de periodistas y ciudadanos que ésa es labor de la prensa. Prácticas que traen muy malos recuerdos.

En mayo de 2012, el delegado de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, Beltrán Pérez, anunció que antes del final del año pasado habría una plataforma web de e-Democracia. La iniciativa no sólo no se ha llevado a cabo —aún está en pruebas—, sino que la mayor apuesta hasta el momento del gobierno municipal por un portal de participación ciudadana es la de pagar 230.000 euros a ABC para poner en marcha Sevilla Ciudad.

Aunque Zoido incluyó en su programa la implantación de procedimientos de consulta y participación on-line para conocer la opinión de los vecinos en asuntos generales, esta web, que está más integrada en el diario que en el Ayuntamiento, no permite comentarios en las entradas publicadas por los delegados de distrito, de modo que la comunicación es unidireccional y la participación queda anulada. Curro Pérez declaró el pasado mes de diciembre que ésta no es la verdadera página de e-Democracia que prepara el Consistorio, sino que está en proyecto tras adjudicarse por 50.000 euros a Soltel.

El portal del Ayuntamiento no cuenta con demasiada información que permita a los ciudadanos fiscalizar la gestión municipal. Aparte de las declaraciones de bienes y actividades, la zona temática de Transparencia no deja en muy buen lugar al gobierno de Zoido. Sólo cuenta con cuatro enlaces: contratación, convenios de colaboración de 2012 y 2013 y el presupuesto del área de Participación y Coordinación de Distritos.

También es prácticamente imposible encontrar datos sobre la ciudad, ni siquiera algunos tan básicos como el número de parados o el de viviendas construidas o vacías, a pesar de que Emvisesa es una empresa pública. La sección de estadísticas del portal municipal apenas cuenta con unos pocos enlaces a datos genéricos, entre los que se encuentran anuarios sobre la ciudad que dejaron de actualizarse en 2008.

La labor de documentación estadística que antes realizaba Sevilla Global ha pasado a la historia a causa del desmantelamiento de esta entidad municipal, llevado a cabo el año pasado mediante un ERE declarado nulo por el TSJA. Algunas empresas municipales tampoco han actualizado sus memorias anuales en estos dos años. La última que Lipasam y Emasesa tienen colgada en sus respectivas web es de 2011. Emvisesa se quedó en 2010. Tussam es la única que sigue al día.

Mención aparte merece la política de Zoido respecto a los casos de enchufismo y corrupción en el Ayuntamiento. El alcalde aseguró que acabaría con ellos pero no tardó ni un año en conocerse el primero en esta corporación: al menos veinte personas, según el PSOE, contratadas en los talleres de los distritos Norte, San Pablo-Santa Justa, Nervión, Triana y Sur. José Luis García, uno de los enchufados, continúa como delegado de este último distrito.

La descentralización de los distritos deja aún que desear. El regidor se comprometió a que las Juntas Municipales de Distrito tuvieran capacidad de toma de decisiones. Sin embargo, las propuestas que se hacen en los plenos de los barrios no son vinculantes, y para que sean aprobadas deben pasar el filtro de la Junta del Distrito, primero, y el del pleno ordinario del Ayuntamiento, más tarde.

La apuesta del gobierno de Zoido por la participación ciudadana se redondea con la supresión de los presupuestos participativos de Sevilla, con excusas como “demoras injustificables, altos costes de organización, presencia obligatoria de los vecinos en asambleas y situaciones injustas que enfrentan a unos barrios a otros”.

El Índice de Transparencia de los Ayuntamientos elaborado por Transparency International en 2012 alerta sobre este ahondamiento en la opacidad. El Consistorio hispalense ocupa el puesto número 80 con una nota de 56,3 sobre 100, bastante por debajo de la media (70,9) y del 82,5 que lo situó en el 38 en 2010. Especialmente significativas son las puntuaciones en transparencia económico-financiera —78,9 en 2010 y 21,4 el año pasado— y en indicadores basados en la nueva Ley de Transparencia —33,3—.

El borrador de Ley de Transparencia que prepara la Junta de Andalucía pretende cambiar todo este panorama de manera radical. Cabe preguntarse si la estrategia del gobierno de Zoido cambiará una vez que la aprobación de la norma se produzca.


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